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martes, 19 de junio de 2012

Fiesta de la música y reflexiones.


"Música"  (Prof. Rodolfo López)    *


   
Hoy será un buen día, hoy celebramos  el "Día Internacional de la Música".
    La Fiesta de la Música,  que en realidad se celebra simultáneamente a nivel internacional el 21 de junio, fue creada en Francia en 1982. Se convirtió luego en un evento a nivel europeo e internacional, presente en la actualidad en más de 100 países en los 5 continentes. La “Fiesta de la Música” se ha convertido en una manifestación multicultural. Esta es una fiesta que se adapta a la cultura de cada país.
    Esta fecha, tan especial,  sirve de excusa para recordar la importancia de la música en nuestra vida:

    La música nos acompaña desde antes de nacer. Siempre forma parte de nuestra vida, nacemos con ella, crecemos con ella, vivimos y morimos con ella. Científicamente se ha demostrado que las conexiones neurológicas y la masa cerebral aumentan con la música. Todo nuestro cuerpo crece y recupera la salud con música. Por esto algunos empiezan a trabajar con la música desde el vientre materno. Esta  ya está en la vida y en toda la integralidad del ser humano.

    Lamentablemente, vivimos un masivo “analfabetismo” musical.  ¿Responsables?... nuestro deficitarios medios políticos, educativos, económicos y sociales.

    La música auténtica, la buena música,  tiene un gran precio, un precio real, que nuestra sociedad no quiere pagar.

     La comunicación masiva moderna, no ayuda, pues deforma nuestros criterios. También destruye la relación directa de nuestro ser, y de nuestra alma, con la buena música. La comercialización nos presenta como "necesario", o "elegante" el consumo desmedido y desechable de sus productos sub-musicales. Ensordecemos y caemos como ebrios de falta de formación y conciencia musical.  Una publicidad, de pronto, a gritos,  nos pregona "LA MÚSICA DE HOY", luego sucede lo peor: la consumimos y nos dejamos hipnotizar.

   Hoy muchos no conocemos nada de música valiosa en ninguna parte nuestra vida. Podemos hablar que padecemos muchísima “desnutrición”... pero desnutrición musical.  La música prefabricada, la chatarra, de sonido y sabor artificial,  está al alcance de un “click”. Hemos dejado de involucrarnos en la creación y recreación de buena música para adormilarnos en una cultura pasiva, receptiva, en la guerra del sonido, el volumen estridente, donde la calidad ya no es requisito. Hoy es más común tener tiempo para almacenar cientos de “megas” de música prefabricada que invertir un tiempo para cantar o aprender un instrumento musical.

     Mientras tanto, el músico no es valorado como verdadero profesional. Se le ha sustituido por el económico parlante del ordenador o los medios audiovisuales masivos. Para nuestra cultura actual, hoy es más elegante  y justo pagarle sumas elevadas a un burócrata por un sello rápido o un papel, que a un músico hecho por décadas de disciplina musical  auténtica.

    La música de alto nivel,  debe ser un deber y un derecho universal.  Todos debemos acceder a vivir la música de valor artístico con total libertad. La música y su estudio debe ser holística y permanente a lo largo de toda nuestra vida. Deberes y derechos son ejecutarla, soñarla, cantarla,  analizarla, componerla, escucharla, toda en forma íntegra.

    Para concluir:
1. La música nos hace seres humanos más felices y completos.
2. Un músico con instrumento activo, es un embajador universal de la paz.
3. Aplico una variación a un famoso refrán:
            "Dime que escuchas...   y te diré que piensas, quien eres y en qué te formarás".

*Agradecimiento especial al profesor Walter Barrantes ( http://unionhispanoamericana.ning.com/profile/WalterBarrantesChacon) por su colaboración al afinar esta reflexión.