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lunes, 20 de junio de 2016

Otros pensamientos de la música para el día internacional de la música.



21 DE JUNIO: DÍA INTERNACIONAL DE LA MÚSICA. (creada en 1982 por Jack Lang, ministro de cultura de Francia, 1982).

Algunos pensamientos relacionados con la música en esta fiesta.

Las muchedumbres de hoy consumen desmedida música prefabricada. Cada día, esta música contiene más sonidos redundantes, vacíos, artificiales; sin valores éticos, poéticos, armónicos, sin matiz de expresiones, volúmenes, de ritmo, o melódicos. No hay en ella timbres ni coloridos instrumentales; fundidos con volumen para estallar el oído en la actual guerra del sonido; en una barda de publicidad disponible en cualquier medio de comunicación.  Por eso es fácil que nos enamoremos de un archivo digital, no de la música auténtica.

Lástima, hemos sido “domesticados” por la industria audiovisual que deliberadamente desliga la música, de nuestro pensamiento. Es la verdad. Los géneros populares son enlazados repetidamente con otras cosas, pero no con valores universales y artísticos: la salsa a la cama sensual; la balada romántica a la infidelidad y la depresión; la cumbia al “doble sentido impúdico”; la bachata a la lujuria; el reguetón a los órganos reproductores; la música electrónica a las nuevas fiestas y drogas; el rock a la violencia y rebeldía; la música ranchera al alcoholismo, machismo y feminismo; el pop al libertinaje vestido de juventud… pero esto no termina aquí. 

En plena era digital, muchos nos hemos acostumbrado a descargar y reproducir a nuestro antojo “nuestra música digital” en muchos casos, prediseñada para ser “anti-música pro-inconciencia”. Y nos ha creado un egocentrismo musical enfermizo. Nos han adormecido a la sensibilidad y esfuerzo que el músico y compositor de carne y hueso nos ofrecen.
Constantemente debemos callar a muchos, incluso a otros apagar sus aparatos celulares o reproductores, mientras un verdadero intérprete musical trabaja. 

Distraerse o distraer a otros en un ambiente de música viva, es desde todo punto de vista desconsiderado, y falto de cultura. El músico es arte vivo y realidad creadora y cambiante en cada sociedad. Si queremos dejar vivir la música real, brindemos un serio apoyo al músico, dándole un manto de atención y silencio a su arte. Esto es un requisito ineludible.

La música “de fondo” no existe, es en realidad, verdadera música, eje y centro sonoro de cualquier actividad humana.

 

Estamos rodeados de sonidos en la vida cotidiana. Se nos hace tan comunes, que pocos valoramos el milagro de escuchar.

La apreciación de la música requiere nuestro conocimiento y esfuerzo de querer disfrutarla. 

Para poder realmente escuchar, se requiere volver a ser humano, en su concepto más profundo. Pocos cuidamos la capacidad de oír, pues la rompemos con altos volúmenes, y poco desarrollamos también nuestro nivel de escucha. Es necesario humanizar, incluso, nuestro pensamiento ante lo que escuchamos. 

Detengámonos un instante. Limpiemos nuestros oídos como Murray Scheffer sugirió, pero con el silencio, para escuchar nuestro entorno. Busquemos el sonido, el más suave que podamos escuchar. Ampliemos poco a poco nuestro horizonte sonoro. Ahora abramos las puertas de dónde estemos, escuchemos el sonido más lejano posible. Reaprendamos a escuchar. La realidad sonora que nos envuelve es música también.

Si valoramos el sonido, valoraremos la música sea el género que sea.
La música y el musicar, deben ser un derecho humano fundamental durante toda la vida, desde el embarazo hasta el último momento de nuestra existencia.  

Si usted ama la música, aprecie todos los géneros y estilos musicales que le sea posible, con altos criterios de buen gusto y arte, paralelamente a su musicar cotidiano de géneros favoritos. 

Todas las personas, debemos practicar diariamente las destrezas musicales que más disfrutemos. Debemos recrearnos con todo el goce posible, para recibir todos los beneficios biológicos, sociológicos, neurológicos, y psicológicos que la práctica musical genera en cualquiera.
Por cierto… y usted: ¿ya musicó hoy?                  


© Prof. de música Rodolfo López González. 2016. Zarcero, Costa Rica.
Un agradecimiento especial a la proffesora Socorro León por la corrección de estilo.