REFLEXIÓN:
APRENDIENDO A VIVIR JUNTOS: Costa
Rica es una República democrática, libre, independiente, multiétnica y
pluricultural. |
¿Cómo es
nuestro ser? ¿Quiénes somos? ¿Quién es nuestra familia ¿Somos libres? (Lic.
Rodolfo López G.)
Solamente fijémonos todos en el espejo… tenemos rasgos indígenas de toda América, o tal
vez … mezclamos ojos chinos, … con piel morena, quizá con rasgos europeos en los
rostros, pero somos hermanos.
Somos sin duda, diversos. Mestiza es nuestra familia, nuestro
vecindario, nuestra hermandad, poque así es nuestra república y nuestra
identidad.
Somos en plural, bellos o bellas, sin titubeo, aunque el
estándar que las agencias de modelos nos imponen otra imagen, para hacernos
creer lo contrario.
¿Tu historia?... Es mía, es nuestra. Sin distingo de grupo,
nuestra clase es ser costarricense, ése, ése es nuestro género verdadero.
Tal vez vienes de otra patria… pero si estás aquí, eres
también en este presente, costarricense.
Somos un trazo de tiempo pintado y entretejido en una maca,
poesía exquisita, como maíz sobre un metate, entre flautas de barro, guitarras
españolas, tambores de cuero y espejos de oro y cristal. Todos somos de alguna
forma, por herencia o nacimiento, nacionalizados, como incrustaciones en una
carreta de colores.
Respetemos nuestras raíces. No nos avergoncemos de nuestra
fisonomía y nuestros rasgos, porque es múltiple nuestro origen.
¿Libertad?
No es opcional. Es nuestro derecho.
Esclavo es el ignorante que se burla de sus iguales. Acaso…
¿no sabe de qué color es su piel? ¿acaso…
no necesita el mismo abecedario, el mismo menú diario y una misma agua que
todos?
Seamos libres, no esclavos del consumo inmediato, ese de
color, sonido y sabor industrial hipnotizante.
Seamos libre del tenerlo todo ya, y con la última novedad, a
cambio de dinero que no tenemos, y todo lo que adquirimos con deudas.
Volvamos a la esencia del tico, humilde, sencillo, el “de
verdad”.
Liberémonos del vaivén de los esclavos de la necedad masiva.
Liberémonos especialmente del modelo obsceno, de movimiento y
vestidura corporal impúdica, con un estilo de droga, derroche y delito. Nos
quieren imponer esa imagen como sinónimo de riqueza y clase. Cuidado: esos mensajes son impuestos para
robarte y destruirte. Quieren destrozar la cultura, nuestro pensamiento y
nuestra paz.
Seamos por excelencia, mejores, en una simbiosis entre
arcilla, tierra, fuego, polvo de estrellas, metal en un nuevo mundo digital con
el soplo de vida divina de Dios. Nunca perdamos nuestra identidad real.
Nuestra auténtica raíz siempre será, sangre valiente. La
misma que que soñó ondear ese pabellón al viento, en total libertad, la bandera
hermosa de blanco azul y rojo.
¡Viva Costa Rica!
Gracias.
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